En las piscinas al aire libre está prohibido utilizar energías convencionales, pero en las piscinas cubiertas también existen ciertos límites en el uso de los combustibles fósiles. De este modo, los requisitos en materia de ahorro de energía recogidos en el nuevo Código Técnico de la Edificación (CTE) se aplican a todos los ámbitos de la construcción de edificios, con el objetivo de llegar a un uso racional de la energía precisa para el funcionamiento de los mismos, reduciendo su consumo, y alcanzando también que una parte de dicho consumo provenga de fuentes de energía renovables. Siendo así, pues el gasto para una piscina debe ser todavía más respetuoso con estos principios, ya que se considera un gasto superfluo, aunque para alguien pueda ser preciso.
Los requisitos que se deben alcanzar, en los edificios con previsión de consumo de agua caliente sanitaria o de climatización de piscinas cubiertas, mantienen que parte de estas necesidades energéticas térmicas, se solucionen mediante formas de captación, almacenamiento y uso de energía solar de baja temperatura, adecuada, a la radiación solar de su lugar ó zona. Así pues, dependiendo de la zona climática podrá ser de un 30 a un 70%. La menor aportación correspondería a la zona climática 1 (como, por ejemplo, Alava) y la mayor aportación solar la tendrían las localidades de la zona 5 (como Murcia). Otra limitación se recoge en el Reglamento de Instalaciones Térmicas (RITE) y se refiere a que no se puede calentar de manera directa el agua de la piscina por medio de una caldera, ni utilizar la energía eléctrica como fuente de calor. En este último caso, solamente se permite en apoyo a bomba de calor o a sistemas de energía renovable o residual.
Fuente: Cubiertas para piscinas