Esta bebida aparece en Irlanda, conseguida por fermentación de gramíneas: cebada, maíz, centeno, trigo, avena, arroz, etc.

Su destilación se consigue por evaporación de varios alambiques durante 24 meses.

    Este producto se vende, con un contenido alcohólico de entre 40 y 50 % del volumen.

    El termino whisky o whiskey (en EE.UU. e Irlanda) llega del gaélico escocés «uisge beatha» y del gaélico irlandés «uisce beathadh», que significa, en ambos casos, «agua de vida».

    Elaboración del Whisky

    La primera informacion para de su fabricación, consiste en moler los granos, luego se incorpora el agua a lo molido preparado y cocido para conseguir una solución dulzona llamada Word. Este se tamiza, se deja en recipientes de fermentación y se le añade levadura. La levadura reemplaza, los azucares presentes en esta sustancia por alcohol etílico y dióxido de carbono.
Acabada la fermentación, la malta o cerveza de baja graduación conseguida se destila como norma, utilizando uno de los dos métodos: en destiladores seguidos o en dos o más destilaciones por sesiones de alambique (usado en las destilerías escocesas de whisky.)

Acabada la destilación, el licor conseguido se envejece en cubas de madera. En el caso, de la mayoría del whiskey americano, se utilizan barriles nuevos de roble blanco, con las suelas requemadas; en el caso del whisky escocés, se hace envejecer en barriles gastados de whiskey americano, y una proporción menor se envejece en barriles de jerez español. La duración del envejecimiento es muy variable, pero en general es entre 2 y 5 años, porque el whisky se comercializa sin indicación de su edad, y a más años se comercializa indicando su edad en la etiqueta.