El empleo extendido de mascarillas por la parte de la ciudadanía, para reducir la transmisión comunitaria del coronavirus está justificado, teniendo presente la alta transmisibilidad del SARS-CoV-2 (singularmente en las primeras fases y en las personas asintomáticas), la capacidad de las mascarillas lavables de frenar la emisión de gotas inficionadas y los datos indirectos que muestran la eficiencia de utilizar mascarillas.
Contexto
En la situación actual de pandemia, se plantea desde diferentes campos si es conveniente implantar el empleo extendido de mascarillas en la comunidad, como una medida complementaria al resto de estrategias de aislamiento y confinamiento, para reducir la transmisión extendida del virus SARS-CoV-2.
Para procurar informar sobre esta solución de salud pública, han aparecido últimamente diferentes revisiones de la literatura científica y análisis de sus resultados desde una perspectiva social. Ahora, resumimos los datos más esenciales de las revisiones más relevantes.
Impacto del empleo extendido de mascarillas por parte de la ciudadanía
Se ha publicado, una revisión de la literatura sobre el empleo de mascarillas por la parte de la ciudadanía, desde determinado punto de vista trasversal y realista. La revisión contextualiza los datos disponibles conforme con una serie de determinantes, como son la forma en de qué forma se transmite el coronavirus, cuál es la eficiencia de las mascarillas y qué consideraciones son precisas, sobre el impacto del empleo extendido de mascarillas y los factores sociológicos pueden ser determinantes en su empleo. Aquí, se aborda toda esta información en el contexto de la pandemia, en el que las soluciones de salud se toman con poca información, aprovechando los datos de cualquier experiencia disponible y en un contexto en el que el abastecimiento de equipos de protección para los profesionales sanitarios, no siempre y en toda circunstancia está asegurado, con lo que es preciso valorar la eficiencia de mascarillas quirúrgicas o bien opciones alternativas elaboradas por la propia ciudadanía.
La revisión, se realizó a través de una selección ventajista de la literatura, que se sometió a discusión por la parte de los autores de la revisión, sin describir mayores detalles sobre su metodología.
En este estudio, se resalta que una de las principales vías de transmisión del SARS-CoV-2, que es alta, se genera por la emisión de pequeñas gotas respiratorias al toser o bien estornudar, si bien así mismo se dispone de datos sobre la transmisión al hablar. En consecuencia, las situaciones potenciales de contagio se multiplican. La transmisión se genera en cualquier fase de la infección (tanto en una primera fase, en personas asintomáticas, como en aquellas con síntomas) y ciertos estudios, muestran que las personas inficionadas tienen una alta capacidad de transmisión en los primeros días de infección, con una alta carga viral en el tracto respiratorio alto. Por esta razón, la propagación del virus se debería reducir estableciendo, entre otras muchas medidas, una restricción de los contactos con las personas inficionadas, el estudio de contactos, las medidas higiénicas y el empleo de las mascarillas públicamente, para reducir la probabilidad de transmisión, estrategia esta última que es más eficaz cuando su cumplimiento es alto.
De entre las mascarillas más utilizadas, están las de tela que por su propio tejido son lavables y las podemos encontrar confeccionadas en colores, estampados, flores, corazones y como no las blancas de siempre.
Las ventajas de las mascarillas lavables
*Los datos disponibles de estudios en situación experimental o bien de laboratorio, muestran que las mascarillas de tela tienen la capacidad para frenar las gotas emitidas por la persona que las porta, en el rango de tamaño más relevante.
* Los resultados de la investigación clínica, deben interpretarse conforme con el contexto actual y en de qué forma la ciudadanía puede percibir y adherirse recomendaciones como las de portar una mascarilla de forma rutinaria. Es complejo, adelantar el cambio en el comportamiento en las personas y existen dudas sobre si por una actitud de compensación del peligro, la percepción de seguridad ofrecida por la mascarilla, podría repercutir en la negligencia con otras medidas esenciales como las del distanciamiento social. Por otro lado, así mismo se disponen de datos que apuntan a que el empleo de métodos precautorios, fomenta una actitud más segura o bien que la comunicación conveniente de la necesidad de esta clase de medidas, es un modo de formar a la ciudadanía a fin de que actúen de forma responsable.
* La valoración, del impacto de medidas como el empleo extendido de mascarillas por la parte de la población, únicamente puede fundamentarse en proyecciones y / o bien modelaciones. Algunas muestran, que el empleo por la parte de la mitad de la población de mascarillas con una eficiencia del cincuenta por ciento, podría tener un impacto en el factor de reproducción del nuevo coronavirus, reduciéndolo de un R0 2.4 global al 135 tras implantar la medida.
Los autores de la revisión concluyen aqui que existen datos suficientes, a favor del empleo extendido de mascarillas para reducir la transmisión comunitaria del coronavirus, y que la planificación de políticas en este sentido debería aplicar un principio de cautela, que apoya la adopción de medidas precautorias cuando hay alguna amenaza para la salud pública todavía y frente a la ausencia de pruebas científicas sólidas.
Exactamente, el principio de cautela es el razonamiento que justifica el empleo extendido de mascarillas, conforme con un reciente análisis publicado en la revista BMJ. En el presente artículo, se arguye que en una situación en la que la COVID-19 se extiende entre la población, que no dispone de inmunidad y sin tratamientos eficientes para la enfermedad, es esencial examinar la valía externa que puedan tener estudios elaborados en otras situaciones para decidir si se pueden trasladar las ventajas observados (si bien sean mínimos) a la actual situación. Uno de los razonamientos finales que justifican esta postura, es que la busca de las pruebas científicas ideales puede ser un contrincante de la implantación de buenas políticas para la salud pública. Se resalta que, frente a las pruebas disponibles, diferentes instituciones plantean acciones diferentes que pueden llegar a contradecirse. Los autores, comentan la postura de la OMS que en su informe más reciente recomienda reservar el empleo de máscaras a los profesionales sanitarios, si bien en otro informe estimaba que en el contexto de una pandemia de gripe, el empleo extendido de mascarillas puede lograr un impacto esencial en la transmisión del virus. El CDC estadounidense, así mismo ha actualizado últimamente su postura sobre el empleo de mascarillas, como una medida para eludir la propagación comunitaria de la infección, teniendo presente aspectos como la proporción notable de personas asintomáticas.