Resulta que hace un tiempo quise hacer un viaje a una de las islas que componen el archipiélago en el que vivo. Vamos, para ser más concreto, soy canario, un canario al que le encanta viajar, pero sobre todo que adora la tranquilidad y admira la belleza de las playas de su tierra. Motivado precisamente por estos dos factores, decidí emprender un viaje con mi chica a la isla que más me entuasiasma, La Graciosa y para ello tuvimos que coger un avión y luego el barco que te traslada desde Órzola hasta La Graciosa. El problema fue que tuvimos que enviar paquetes previamente a Lanzarote porque llevábamos mercancía peligrosa.
Bueno, matizo, realmente no se trataba de mercancía peligrosa para nosotros, ni siquiera para el resto de pasajeros del avión; pero sí que era material que no podía llevar con nosotros en el avión y mucho menos me apetecía estar cargando con ello por todo el aeropuerto. Ya ves tú, era una tabla de surf que, como entenderán es bastante larga y pesa lo suyo como para estar andando con ella a cuestas. Por suerte, tengo un amigo que vive en Lanzarote, así que hablé con él y le pregunté si podría enviar un paquete a su casa, ya que me iba con mi chica a La Graciosa y no tenía cómo desplazarlo. Le dije que se trataba de la tabla de surf, así que si llegaba y su madre lo recogía que no se asombrara, que simplemente era eso.
Lo que realmente trato de contarles no es solo que tuve que enviar la tabla, sino que los servicios de la empresa que localicé para ello fue una auténtica sorpresa. Solicité enviarlo tal día como hoy y exactamente a los dos días (cuando justo llegaba a Lanzarote) me llegó el paquete a casa de mi amigo. Así da gusto realizar el envío de paquetes. Lo recomiendo para los entuasiastas de los viajes como yo. Encima, es baratísimo.