Los ajos y las cebollas tienen su conservación, en lugares frescos donde corra el aire y sin mucha humedad. Una cesta colgando es ideal para las cebollas, mientras que a los ajos les irá mejor un lugar oscuro.
Las patatas se conservan más a temperatura ambiente, frescas y en lugares oscuros. Si se guardan en el frigorífico, el almidón se trasforma en azúcar. Mantenerlas en un lugar fresco y oscuro, dentro de una bolsa de papel, para que se conserven durante varias semanas. Con todo ello, lo ideal es contar con unos verduleros para poder clasificar estas verduras y tenerlas en un óptimo almacenaje. Los boniatos también pueden guardarse de esta manera, pero solo durarán en condiciones sobre una semana, dependiendo de la frescura del lugar donde los pongamos.
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Los tomates, tendrían que ser almacenados a temperatura ambiente, fuera del alcance de la luz solar directa; durarán de tres a cuatro días. Un tomate cortado en rodajas se puede guardar envuelto en plástico o papel de plata dentro del frigorífico durante uno o dos días.
La mazorca de maíz, es el único vegetal que no debe almacenarse. Se tendría que consumir, el mismo día en que ha sido cortada y tras haberle quitado la envoltura. Si esto no es factible, escaldarla durante dos minutos, enfriarla inmediatamente con agua fría y guardarla en una bolsa de plástico en el frigorífico. Así durará dos o tres días.