La petroquímica mexicana, compite con muchas empresas estadounidenses en ambos lados. México tiene ventajas, debido a los costos laborales, pero su capacidad de tecnología no es válida para explotarlas y abastecer a precios competitivos a la industria nacional del plástico; para conseguirlo, tendrá que luchar por adecuar su estructura de capital, para poseer el equipo adecuado para su crecimiento.

Para los regiomontanos, la dependencia del exterior para el abastecimiento de resinas, ante todo para fabricar polietileno, ha puesto a las empresas en la parte inferior ante sus adversarios texanos. De toda forma, la industria ha ido ascendiendo gracias a las autopartes, plásticos para la construcción, embalajes, artículos para el consumo.

Despierta bastante interés, la importancia que están cobrando los plásticos en el ramo automotriz y de la construcción; en la región hay tres empresas importantes de autopartes, que trabajan desde mediados de los años noventa, momento en que entró en vigor el TLCAN, tres más abastecen con plásticos a la construcción y hay otras dos medianas.

Existen varias ventajas de oportunidades para evolucionar; se cree que hay buenas expectativas de crecimiento, para la fabricación de partes para equipo eléctrico y electrónico, juguetes, adornos y productos para el ramo de autopartes, artículos para el hogar, embalajes para equipo de transporte, etcétera; sin dejar de fabricar envases y botellas, los principales negocios de las pequeñas empresas regionales.