¿Quién no desea tener rótulos fabulosos, refulgentes y atractivos que se vean en todo momento, de día y por la noche? De ahí viene la señalización retroiluminada. Como su nombre señala, esta clase de rotulos sin iluminacion publicitarios pero sorprendentes y atractivos, están concebidos para verse primordialmente cuando se alumbran por detrás, al paso que la luz entorno –luz natural o bien artificial– sirve para complementar las condiciones de visualización. Suelen emplearse en exteriores, por servirnos de un ejemplo en marquesinas de autobús y señales de dirección, y en interiores, en espacios grandes como centros comerciales, aeropuertos, estaciones ferroviarias, etcétera.
Crear rótulos retroiluminados, siempre y en toda circunstancia ha sido una de las aplicaciones más difíciles del mundo de la impresión. Para hacer frente a este reto, se ha desarrollado un fantástico sistema automatizado desde un algoritmo patentado.
Con los años, se han desarrollado numerosas técnicas para crear imágenes retroiluminadas, la mayor parte de las que implican contar con múltiples capas impresas de materiales traslúcidos o bien semiopacos, en ocasiones con una capa media de blanco. No obstante, estas técnicas son difíciles desde el punto de vista técnico, aparte de carísimas de imprimir, por no hablar del montaje.
Los rótulos sin iluminación publicitarios, se confeccionan en muchas medidas y variedad de materiales, según sea para interior o para el exterior
Con la tecnología actual de impresión en gran formato, la impresión a doble cara es la técnica primordial para crear fabulosos rótulos retroiluminados, con colores relucientes y vivos. Primero, la imagen se imprime en el anverso del cartel retroiluminado. Ahora, el soporte se vuelve a cargar en la impresora con la cara impresa boca abajo. A continuación, se imprime una imagen elucubrar en el dorso, justo sobre la primera imagen.
Crear imágenes retroiluminadas, es uno de los mayores desafíos para los impresores de gran formato, puesto que demanda mucha habilidad técnica por la parte del operario. La mayor complejidad, radica en lograr un registro perfecto entre las dos caras, de forma que cuando el rótulo se ilumine por detrás, la imagen se vea limpia, sin bordes turbios, transiciones ásperas ni textos ininteligibles.
En el momento en que un operario hábil, está imprimiendo la segunda capa de una imagen retroiluminada, no para de ir y venir entre la impresión y el software. Es frecuente, verlo moviendo y enfocando la impresión con una linterna, y tirando del soporte impreso. Todo, para lograr que la imagen se imprima precisamente en el sitio adecuado, justo en el anverso de la capa impresa de antemano. Es una operación muy trabajosa y además de esto poco rentable, por lo que su costo resulta bastante elevado.
En los rotulos sin iluminacion publicitarios, con esta función opcional, el usuario puede imprimir trabajos a dos caras alineadas perfectamente de forma y manera automática, prácticamente sin intervención manual. El sistema automatizado de impresión retroiluminada, emplea un renovador algoritmo patentado guiado por una cámara, que advierte si las caras no están alineadas con perfección y deja corregir el registro de manera automática. Como el proceso es absolutamente automático, se terminaron las conjeturas y el afanoso trabajo manual. Es sencillísimo y simple de utilizar, de este modo que ya no es preciso que el operario tenga tanta habilidad técnica. Y además de esto, aumenta enormemente el margen de la impresión retroiluminada, con lo que se transforma en una aplicación muy rentable.