Teóricamente la homeopatía, mantiene que iguales síntomas que provoca una sustancia tóxica en un individuo sano, podrán ser sanados por un remedio compuesto con igual producto tóxico, siguiendo el principio enunciado como similia similibus curantur (‘lo similar se cura con lo similar’). A este axioma se le denomina «ley de similitud».
La ley de similitud establece una afirmación no demostrada científicamente que se toma como verdad incustionable en la homeopatía, y por tanto no constituye una ley natural ni un fundamento científico válido.
El significado en la homeopatia de enfermedad, es distinto del de la medicina: considera que la raíz del mal es espiritual (energético) en vez de físico, y que el malestar se presenta inicialmente con síntomas emocionales (como ansiedad y aversiones), pasando a ser si no se tratan a tiempo síntomas mentales, de conducta y por último físicos, según cabsalud.
Como comenta G. Weissmann, para Hahnemann la enfermedad no estaba originada por ningún agente físico discreto, se debía a la ausencia de armonía con la «fuerza vital»; para expresar la no existencia de estos agentes, se hacía la siguiente pregunta « ¿Alguien vio en alguna ocasión la materia de la gota o el veneno de la escrófula?» Unas décadas posteriores de la muerte de Hahnemann, Garrod consiguió demostrar que el urato monosódicoes era «la materia de la gota» y Koch que Mycobacterium tuberculosis el «veneno de la escrófula».