Una obra de arte a manera de lienzo, cuadro o mural puede enriquecer o empobrecer la belleza de un espacio de forma muy especial. Un buen cuadro atrae luz hacia la casa, le da profundidad, produce optimismo y fuerza en una habitación, atrae innumerables pensamientos e inspiración a su entorno. La cuestión esta en diferenciar fácilmente lo que constituye una buena obra y la que no.

No pensemos que una obra de arte es buena, por su fama internacional, por su precio, o por lo conocido que sea el artista que la creo. La obra puede poseer una  técnica original o única en cualquier sentido, pero lo importante es el motivo e inspiración que transmite. Imaginemos que compramos una obra imponente, de un pintor celebre y el motivo es una guerra sangrienta, un personaje triste o sombrío, un sitio oscuro y sin vida, vera que ambienta su espacio con ese sentimiento.http://www.artlinna.com

En todos los estudios que se hacen, las pinturas hablan de la motivación psicológica que las personas albergamos y por afinidad elegimos colores y representaciones de los estados internos en ese momento. La simbología puede encontrarse por zonas, un dormitorio de matrimonio que la mayor parte de cuadros son femeninos, puede indicar que la mujer no se relaciona con su marido, se siente sola o es demasiado protagonista, otros detalles nos darán con exactitud, cual es la realidad.

 Varios lienzos en que se dan tres personas de forma continuada en un dormitorio de matrimonio, puede potenciar o confirmar alguna infidelidad, si se repite a la vez esta simbología en otras cosas, se tendría que observar esta situación. La corrección en cuanto al Feng Shui es clara, cambiar los cuadros de ese estilo y colocar una información con motivos equilibrados.

Via:http://articulos.moneydin.com/

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