Decidir por una hipoteca, es una de los temas más difíciles e importantes, a los que deben afrontar quienes precisan financiar el pago de su vivienda. Inclinarse por una hipoteca a tipo fijo o una variable, es uno de los aspectos importantes. Entonces, debemos tener en cuenta sus principales diferencias.
En los préstamos a tipo fijo, el tipo de interés lo tendremos igual para toda la vida del préstamo, dará lo mismo si suben o bajan los tipos de interés, siempre pagaremos lo mismo mensualmente. Eso tiene cierta seguridad: si los tipos de interés suben, no nos veremos afectados. Pero esta clase de hipotecas también poseen un inconveniente: si los tipos bajan no podremos beneficiarnos de un bajada en las cuotas. Es por tanto, una decisión en la que podremos ganar o perder. Por eso debes dejarte aconsejar por especialistas y conseguir las mejores hipotecas en fercogestion. Una característica de esta clase de préstamos, es que suelen ser de un plazo más corto, sobre los doce años y la comisión por amortización anticipada si lo deseamos, es mayor.
En las hipotecas variables, el tipo de interés variará en función de un índice determinado, al que estén referenciadas (euribor o índices específicos en el ámbito bancario, IRPH bancos, IRPH cajas o IRPH conjunto de entidades). Esta clase de hipotecas, presentan un plazo inicial que suele estar de seis meses a un año, en el que la entidad aplicará el interés fijado al contratar la hipoteca. A partir de ese plazo, el banco hace una revisión y empieza a aplicar el interés derivado de la cláusula, que sale, de la suma del índice al que esté referenciada la hipoteca más un diferencial sumado. Este diferencial podrá ser desde el 0,10 % al 1,75 %.
Los expertos opinan, que el euribor continuará subiendo por lo que es el momento de ir pensando en otro tipo de hipotecas, no solamente en las de tipo variable.