El concepto low-cost ha llegado para quedarse y no solo en los sectores de aerolíneas, hoteles o retail. El sector MICE ha decidido un nuevo modelo de evento, en el que se reducen los costes para optimizar más la rentabilidad. Pero ¿qué es en realidad un evento low-cost? ¿Cuando se bajan costes es low-cost? ¿Rebajar gastos origina además recortar en calidad?
Por estas cuestiones, acudieron profesionales del sector a un seminario organizado en conjunto los capítulos ibéricos de ICCA y MPI con motivo de la EIBTM. La lucha por reducir los costes, está entrando en un punto de locura y con el juego de palabras «¿Estamos low-cost?» se quería analizar el concepto y distanciarlo, de otras estrategias desleales que en la actualidad perjudican bastante al mercado.
Las nuevas tendencias del mercado y la presión presupuestaria, nos llevan a la adaptación total al momento exacto y las necesidades de la marca. No es válido ofertar lo mismo de antes, pero a un precio inferior. El low-cost, no se consigue traspasando la presión de recorte a los proveedores, es considerar que la filosofía de optimización esté en tu ADN. Centrar lo que en realidad aporte valor a los eventos e incorporar medidas de austeridad en otras partidas menos importantes.
El evento o la reunión en sí, toman más importancia frente a otros aspectos más sociales o lúdicos, como fiestas de gala y coffees, a los que se les coloca en su lugar, como elemento de ornamento al protagonista principal, que es el propio evento.
Y parece ser que este enfoque, a lo que en realidad aporta es un valor al evento que se quedará en el sector, así que seguramente sea low-cost o más bien valor añadido, pero como responsables del sector es un concepto que deberemos somatizar.
Fuente: http://valenciacorporatesail.com/es/content/eventos-corporativos