La primera visita siempre es de los padres, generalmente sin el niño. En la siguiente el psicólogo verá al niño. A través de la terapia infantil, que se trata de juegos y tests, va adquiriendo una idea del niño, su madurez y desarrollo y las posibles problemáticas.
El psicólogo verá algunas veces al niño y a sus padres, según sea el caso. Cuando se trata de problemas con un adolescente, puede resultar difícil o imposible llevarlo a la consulta. Muchos se niegan con rotundidad, ya que no quieren ser tratados por un profesional con la edad de sus padres. Pero vosotros si podéis consultar con los psicologos, sin el hijo. Después de todo, siempre existe una interacción entre padres e hijo. Si vosotros sabeis ver la situación con otros ojos o bien tomar las dificultades de otro modo, muchas veces la situación en casa mejorará bastante.
En la problemática del niño, se acude al psicólogo infantil cuando:
* El niño tiene conductas dispares: es desobediente, es agresivo, se obsesiona, posee tics y miedos, está hiper-sensible y tiene extrema timidez.
* Da problemas en la guardería, como llantos en exceso; o en el colegio, como falta de concentración, roces con compañeros, se aisla, es hiperactivo o se aburre.
* El niño padece problemas físicos sin una causa médica, como dolor de cabeza, dolor de tripa, vómitos, eczemas, etc.
* El niño padece un cambio repentino y sin explicación; de un niño activo pasa a ser apático; de un niño alegre se vuelve triste, etc.
* El niño no parece sentirse feliz. Casi no juega, llora por cualquier cosa, no tiene amigos, teme estar solo, tiene problemas de sueño, etc.
Alguna vez los padres piden ayuda en situaciones puntuales, como un divorcio, un deceso. El psicólogo usa el juego, como medio para conocer al niño y entender sus problemas. Informa a los padres, ayudándoles a entender a su hijo y facilitándoles fórmulas para su educación.