El sentido común, es muy útil, pero se deja llevar por el efecto primacía. Vemos más importantes las primeras informaciones que nos vienen. La primera impresión nos marca.

Para un psicólogo social, tan posible es convencer a un paciente cuando se trata de estímulos sociales, como de estímulos físicos.

No miramos con los ojos sino con la mente. Pero el sentido común no piensa lo mismo. Piensa que vemos lo que hay.

 El sentido común manifiesta la frase: “pero si yo ya lo sabía”. Poseemos la tendencia, a recurrir al sentido común, después de haber conocido los hechos.

El soporte de las explicaciones, es tan ambiguo o polisémicos que siempre encuentra su confirmación en la realidad.

El conocimiento que tenemos de nosotros mismo es minima. Nuestro sentido común discrepa. Piensa que tener bastante información de si, es tener alta información de si mismo. http://www.psicologia-online.com/

 Estas confirmaciones (subjetivismo, que vemos en los ojos de la mente) no son especulaciones. Hay varias investigaciones, que nos enseñan como las motivaciones y necesidades de las personas, se notan en la percepción de estímulos fisicos. No hace falta tener problemas psicológicos o sensoriales, para ver lo que es real, distorsionado con respecto a una medida objetiva.

Pero lo más crítico del sentido común, es que nunca se da por vencido ante al conocimiento de la ciencia.

Para la mayor parte de las personas, el sentido común es una estrategia cognitiva adaptativa que nos deja, en lugar de escoger lo más riguroso y racional, elegir la más rápida y productiva para nuestro bienestar.

La gran base de las explicaciones apoyadas en el “sentido común” es que son tan ambiguas o polisémicas, que siempre encuentran confirmación en la realidad. Si el sentido común sobrevive es porque: la intención es recurrir a ellas después de pasados los hechos, pensamos más de ellas, cuando nuestras intuiciones son acertadas, que cuando son equívocas.