Las lentillas semirrígidas o de gas permeable, no se deben mantener en líquido y su uso es muy escaso. Como orientación, entre las personas que usan lentillas de contacto, diremos que un 97% usa las blandas frente a un 3% que emplea las semirrígidas. Este tipo de lentillas están confeccionadas con un material más duro y  se deben confeccionar a medida del ojo.

Están enfocadas para miopías muy altas (a partir de –6 dioptrías) y además en caso de deformidad de la córnea, como por ejemplo, si se padece queratocono, que provoca una degeneración en la zona central de esta, de forma que el ojo se «abomba» y adquiere el aspecto de un cono que produce el problema.

  Las lentillas semirrígidas, al ser de unas materias más duras que las normales, actúan como mecanismo de contención en la córnea. Pero no es el único problema de la córnea que se corrige con estas lentillas. En la actualidad, se están tratando más afecciones en la córnea, tras las cirugías refractivas de defectos altos, como las miopías de -15 dioptrías.

 La excelente ventaja de las lentillas semirrígidas, es que su calidad de visión es mayor y duran más. Es más, por el paso del tiempo se pueden pulir para anular los arañazos, aunque casi todo el mundo opta por sustituirlas a pulirlas.

Fuente: lentillasadomicilio.comlentillas