La psicología comunitaria (o psicología social aplicada) surge en Estados Unidos en la década del 60 en la conferencia de Swampscott (conference on the Education of Psychologists for Community Mental Health) a partir de la cual se indican una serie de programas de acción, publicaciones que registran sus primeras definiciones y logros, y casi inmediatamente empiezan a dar cabida a cuestiones y dudas de orden teórico.
En América latina, surge de la necesidad de hacer una psicología que respondiese a los problemas urgentes que aquejaban a las sociedades latinoamericanas, ya que la practica de los modelos importados no daban resultados eficientes, donde el cambio social para el desarrollo parte desde la necesidad sentida de la comunidad, del trabajo realizado por y para la comunidad
Teoría del cambio (Thibaut y Kelley), principio del equilibrio (Heider), teoría de cooperación y competencia (Deutch), teoría de la comunicación social informal, teorías de los procesos de comparación social, teórica de la disonancia (festinger), teoría del esfuerzo en dirección a la simetría (Newcomb), teoría sobre el fenómeno del cambio de actitud (Kelly, Hovland y Janis), teoría de la atribución
Otras teorías: teorías de tensión social (provenientes del interaccionismo simbólico y psicología ecológica transaccional); paradigmas explicativos de la conducta: control sobre refuerzos ante contingencias de la vida cotidiana (locus de control, desamparo aprendido), explicaciones neopsicoanálistas (teoría de la personalidad autoritaria), teorías de alineación y de dependencia (ligada a la autoestima, frustración), etc.
Autogestión de los sujetos (toda transformación repercute sobre los individuos involucrados en la relación); el centro de poder recae sobre la comunidad, oponiéndose a cualquier forma de paternalismo-autoritarismo-intervencionismo; la unión entre teoría y practica para lograr una explicación integradora y comprensión verdadera de la situación.