Este es el punto de inflexión para la ilustración española de contenido sexual del siglo XIX. A partir de este momento nos vamos a encontrar con una libertad de imprenta nunca vista y que supuso un paso adelante hacia la tolerancia oficial (con todos los matices) que será un punto de no retorno, a pesar de los cambios políticos que vinieron después, con la Restauración borbónica de 1875 y sus gobiernos conservadores.
A partir de 1868 observaremos las dos líneas porno de publicaciones, las legales con cierto contenido erótico y las clandestinas de claro contenido pornográfico, ambas líneas lideradas por el mismo dibujante: Eusebi Planas.
Dentro de las publicaciones clandestinas este período está presidido –quizás como una punta de iceberg de vital importancia para el erotismo español- por el álbum Los Borbones en pelota, atribuible a Valeriano Bécquer (con la colaboración de su hermano Gustavo Adolfo).
Este álbum, conservado actualmente en la Biblioteca Nacional de España (nunca se llegó a imprimir), contiene un conjunto de dibujos originales que se puede fechar en 1869, con claro contenido pornográfico en el que aparece la Corte española de Isabel II (la reina, su marido Francisco de Paula –representado como cornudo en todos los dibujos donde aparece-, el confesor de la reina y futuro santo -Antonio Maria Claret-, Sor Patrocinio, los ministros, etc.) en plena orgía permanente y con un contenido de sátira política demoledora. Esta obra ha sobrevivido al paso del tiempo milagrosamente –muy bien escondida- y cuenta con una edición facsimilar en una monografía integrada con magníficos textos de varios reputados especialistas.
El caso de Los borbones en pelota es muy ilustrativo del vacío que tenemos sobre ilustración erótica y pornográfica en España. La concepción de un álbum de esta índole sería probablemente imposible sin que sus autores tuviesen un conocimiento de primera mano de obras de semejantes características, tanto a nivel europeo como español. Este hecho demostraría que en España había una circulación de imágenes pornográficas que han desaparecido o bien no han salido a la luz pública jamás.
A nivel iconográfico además es muy interesante porque se atreve a mezclar pornografía con sátira política. En la misma época esta mezcla sólo la encontramos en los libros titulados Las Hijas de Apolo o el ministerio-hembra y en El can-cán o El virgo de Sor Teresa. El primero de ellos incorpora las caricaturas de diversos políticos del Sexenio Democrático que han de lidiar con las ministras correspondientes de Apolo. Este es un caso único en la pornografía impresa española y sólo encuentra paralelismo dentro del terreno de la pornografía en el álbum de los Bécquer. En el caso de El can-cán o El virgo de Sor Teresa las referencias políticas debemos entenderlas más como un divertimento de la obra que como una sátira despiadada a la política del momento.